Los dedos arrugados se producen al estar mucho tiempo sumergidos en el agua y, como todo en la naturaleza, esto tiene una razón de ser.
Esto es algo que ocurre tanto en los dedos de las manos como de los pies, ya que la piel en estas zonas es más gruesa y diferente al resto del cuerpo.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y tiene una capa grasa llamada sebo, la cual produce un efecto impermeable.
Sin embargo, ante una exposición prolongada al agua dicha capa se elimina temporalmente, pero solo en pies y manos, empezando a aparecer las rugosidades y los dedos arrugados.
Causa de dedos arrugados
Tanto los pies como las manos poseen unos conductos relacionados con las glándulas sudoríparas que al estar expuesta demasiado tiempo al agua empiezan a absorberla.
Mientras el agua se filtra por estos conductos, la concentración de sal en la capa externa de la piel disminuye. Cuando las fibras nerviosas lo detectan envían señales al cerebro que responde contrayendo los vasos sanguíneos bajo la piel.
En ese momento la piel de pies y manos empieza a mostrar rugosidades, o sea a verse arrugada.
Adaptación evolutiva
Según diferentes estudios las rugosidades tienen el propósito de mejorar el agarre de la mano en condiciones húmedas y en los pies evitan resbalar al caminar en superficies mojadas.
Por otra parte, las personas que tienen dañado el nervio mediano de los dedos no experimentan el fenómeno de dedos arrugados.
Descubrimiento reciente
Recientemente se hizo un gran descubrimiento a raíz de una pregunta que le hizo un niño al profesor Guy German, ingeniero biomédico de la Universidad de Binghamton, en Estados Unidos.
La pregunta se refería a si las arrugas que se formaban en los dedos lo hacían siempre de la misma manera.
Para resolver el interrogante el profesor German y Rachel Laytin trabajaron con varios voluntarios, los cuales mantenían sus dedos sumergidos en agua por 30 minutos. Luego les tomaban fotos detalladas de los dedos arrugados.
Después de 24 horas repitieron el procedimiento en condiciones idénticas. Los resultados al comparar las imágenes fueron contundentes, en cada inmersión los resultados fueron los mismos.
Con esto se demostró que estas arrugas siguen un patrón que se repite y es único para cada persona.
Este mecanismo se activa únicamente cuando es necesario, ya que los investigadores sospechan que si fuera permanente podría ocasionar que los dedos sean más vulnerables a lesiones y que reduzcan su sensibilidad táctil.
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta y que poco conocemos de su funcionamiento.
Fuentes: es-us.noticias.yahoo.com, podoactiva.com.